Los Comienzos: Baños del Edén, una especie de "estadero" de la época

La finalidad que se impuso la nueva institución fue el fomento y el desarrollo de las ciencias naturales, en particular de la botánica, por medio de la investigación y la conservación de la flora. Se propuso además crear condiciones para la educación ambiental y la exhibición de la flora colombiana, en un espacio que se constituyera en un atractivo turístico y ecológico importante de la ciudad
La historia centenaria del Jardín Botánico de Medellín se inicia en los últimos años del siglo XIX, cuando los terrenos que hoy alberga este oasis verde empezaron a adquirir una vocación recreativa. Conocido como la casa de baños El Edén, este lugar era propiedad de don Víctor Arango y más tarde de las hermanas Emilia y Mercedes Arango P., «solteras, mayores de edad y vecinas de este distrito», según consta en una escritura pública.
El Edén, una especie de «estadero» de la época, se alquilaba a familias en una Medellín que, en ese entonces, contaba con alrededor de 40.000 habitantes. Era un centro de esparcimiento donde las familias acudían para disfrutar de baños, gastronomía popular y momentos de convivencia. Los relatos de la época describen cómo los señores de la Villa llegaban en coche o a caballo para disfrutar de copetines, conversar, hacer negocios y hasta concertar alianzas matrimoniales.
El atractivo del lugar radicaba en sus aguas puras y abundantes, brotadas en las cercanas colinas de Campo Valdés. El Edén, ubicado donde hoy se encuentra el Bosque de la Independencia, ofrecía un ambiente propicio para el encuentro social y el disfrute de las bondades naturales.
Jardín Botánico de Medellín, 50 años conservando la biodiversidad protegiendo la vida
El Bosque de la Independencia
A principios del siglo XX, la ciudad se acercaba al primer centenario de la Independencia de Antioquia. La región, liderada por organizaciones civiles y estatales destacadas, buscaba conmemorar la fecha de manera inolvidable. Después de complejos trámites, la Junta Organizadora de la Celebración del Centenario y la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín lograron un auxilio del gobierno nacional, bajo la presidencia de Carlos E. Restrepo, por un monto de $15.000. De esta suma, $5.000 se destinaron a los gastos de celebración, y los restantes $10.000 fueron transferidos a la Sociedad de Mejoras Públicas para la compra del terreno donde se crearía un nuevo bosque para Medellín.
Este terreno, que originalmente pertenecía a don Víctor Arango y luego pasó a ser propiedad del Municipio de Medellín, fue seleccionado por su extensión y la presencia de abundantes aguas propias. El 11 de agosto de 1913, nació el Bosque Centenario de la Independencia, que con el tiempo se conocería como Bosque de la Independencia y finalmente como El Bosque.
Al área inicial se sumaron otros lotes y fincas aledañas, adquiridos o donados por particulares, configurando un terreno considerable. Este espacio se convirtió nuevamente en el epicentro de la actividad recreativa de la ciudad.
Esplendor y Diversión
El Bosque de la Independencia fue testigo del auge de la ciudad durante varias décadas. Surgió el primer hipódromo de la ciudad, con una pista doble de carreras de caballos. Aprovechando las aguas existentes, se creó un lago donde los visitantes podían pasear en barcas. Se construyó un edificio para el bar, el restaurante y la pista de baile. En lo que hoy es el Salón Restrepo, funcionaba una pista de patinaje. Además, contaba con un vivero, canchas de tenis, trencito, juegos infantiles, un incipiente zoológico y hasta un servicio de venta de animales domésticos.
Las historias se multiplicaron y se inscribieron en la memoria de los habitantes de la época. El Bosque fue escenario de celebraciones patrias, competencias náuticas, carreras de encostalados y concursos con vara de premios. Se convirtió en el centro de retretas y representaciones teatrales o folclóricas. La ciudad entera convergía en este sitio, considerado desde entonces como un verdadero espacio público, al que asistían tanto las familias adineradas como los trabajadores y obreros. Los niños paseaban en burritas, mientras que los adultos se entregaban a distintas formas de entretenimiento, como el baile que comenzaba a la una o dos de la tarde y se prolongaba hasta el anochecer.
Durante medio siglo, el Bosque de la Independencia proporcionó entretenimiento a los habitantes de Medellín. Sin embargo, la decadencia llegó con la aparición de «casas de citas» en los alrededores, provocando una crisis en el lugar. Hasta ese momento, sus 235.000 varas de extensión lo convertían en uno de los lugares más apreciados de la ciudad. Como relataba uno de los documentos de la época, depositados en la biblioteca actual.
«puede asegurarse sin temor de errar que es el mejor paseo de la ciudad y en donde mejor se está, porque allí se cura el espíritu de preocupaciones y el organismo descansa de la asfixia a que vive sometido en el centro urbano».
El Jardín Botánico de Medellín
En 1968, llegó el momento de emprender una nueva etapa. La señora Elena Baraya, Presidente de la Sociedad Colombiana de Orquideología, regresó de Australia con noticias extraordinarias: Medellín sería la sede de la VII Conferencia Mundial dedicada a las orquídeas. Este logro fue el catalizador de un proceso que transformaría profundamente el Bosque de la Independencia.
La Sociedad de Mejoras Públicas, la Sociedad Colombiana de Orquideología, el Municipio y el Club de Jardinería de Medellín se unieron para crear una fundación privada sin ánimo de lucro. Esta fundación dio vida al Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe, en homenaje al sabio naturalista antioqueño. La nueva institución se inauguró el 19 de abril de 1972, coincidiendo con la VII Conferencia Mundial de Orquideología. Este evento marcó un hito en la historia de la ciudad, atrayendo a 62 delegaciones colombianas y extranjeras, representantes de 16 países, que exhibieron las orquídeas más bellas del mundo.
Con un enfoque en la promoción y desarrollo de las ciencias naturales, especialmente la botánica, el Jardín Botánico se propuso la investigación y conservación de la flora. Además, buscó crear condiciones para la educación ambiental y la exhibición de la flora colombiana. En mayo de 1979, fue declarado Pabellón de Flora y pasó a formar parte del antiguo Sistema de Parques Nacionales, hoy Sistema Nacional Ambiental (SINA).
El trabajo científico realizado por la institución la ha convertido en una de las entidades más respetadas y reconocidas del país por su vasto dominio en la exploración, la investigación y la conservación de la flora colombiana, con énfasis en la regional. El prestigio de su labor llevó a que el Jardín Botánico fuera declarado Patrimonio Cultural de Medellín (1985), consolidado por hechos como ser parte desde 1989 de la Red Internacional de Jardines para la Conservación, dentro de la Estrategia Mundial de la Conservación en los Jardines Botánicos, con la colaboración de la FAO, UNEP, UNESCO, WWF, UICN y BGCI, entre otras organizaciones mundiales.
Nuestro Jardín Botánico desde Medellín se honra al ser parte de la Asociación Colombiana de Herbarios, el Comité Interinstitucional de Flora y Fauna de Antioquia (CIFFA) y el Comité de Silvicultura de Medellín.
Proyecto de Renovación 2005 – 2007
Después de una severa crisis económica en 2005, que afectó gravemente el estado de las colecciones, la infraestructura y la operación general del Jardín, se emprendió una nueva etapa. El 1 de marzo de 2005, con el respaldo del entonces Alcalde de Medellín, Sergio Fajardo Valderrama, se dio inicio al Proyecto de Renovación Total de la entidad.
Te puede interesar Conoce el Parque Norte Medellín: Un oasis de entretenimiento en la ciudad
La Junta Directiva, la nueva dirección y un equipo de trabajo integrado por personal existente y nuevo se unieron con entusiasmo al proyecto. Este incluyó un plan de contingencia simultáneo a la transformación física e institucional. El proyecto cumplió sus metas principales en diciembre de 2007, cuando el Jardín recibió la totalidad de los recursos anunciados por la Alcaldía, con el apoyo del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, en cumplimiento de la Ley de Jardines Botánicos (299 de 1996). En total, la institución se benefició con una inversión de 32 mil millones de pesos, destinados específicamente al proceso de transformación física, que incluyó colecciones vivas e infraestructura, pero no cubrió gastos operativos.
Estos trabajos fueron entregados a la comunidad el 1 de diciembre de 2007, marcando el inicio de un mes de ingreso gratuito, que incluyó nueve días de Expoheliconias. El público respondió magníficamente, con una cifra récord de 96.000 personas que disfrutaron del Jardín y lo cuidaron, estableciendo un nuevo estándar de comportamiento ciudadano en el uso de este espacio.
En paralelo a la transformación física, el Jardín avanzó significativamente en el mejoramiento de su clima laboral, conformando un equipo comprometido con los desafíos del cambio. A pesar de las limitaciones presupuestales, se satisficieron los requerimientos básicos de personal y dotación en las diferentes áreas. Esto permitió desarrollar los objetivos primordiales de la entidad y avanzar en la formalización de procesos administrativos y operativos.
Presente y Futuro: Compromiso Ambiental y Sostenibilidad
Hoy en día, el Jardín Botánico de Medellín se erige como un ecosistema urbano estratégico esencial para la ciudad. Su diversidad de flora y fauna, combinada con su compromiso ambiental y sostenibilidad, lo posiciona como un referente en educación ambiental. La institución busca financiamiento para proyectos futuros, asegurando la continuación de su misión de conservación y promoción de la biodiversidad.
Hacia el futuro cercano, el Jardín se propone lograr la financiación de algunos proyectos necesarios para completar el proceso de renovación. Entre ellos se incluyen la terminación de las obras hidráulicas de la quebrada El Molino, la construcción de un tanque de reserva de agua, el montaje de los viveros científicos, la segunda etapa de señalización y el laboratorio. Además, se busca enriquecer, mantener y establecer colecciones vivas, incluyendo el Jardín de los continentes, el huerto medicinal, el rosal, el laberinto, el circuito de la evolución y los jardines ornamentales.
Con casi un siglo de historia, el Jardín Botánico de Medellín sigue evolucionando y adaptándose, destacándose como un espacio no solo de recreación sino también de conocimiento y conservación, un pulmón verde en el corazón de la ciudad que continúa escribiendo su historia con cada planta que florece y cada visitante que se maravilla con su belleza y biodiversidad.
Ver esta publicación en Instagram
Horarios y Contacto
El Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe de Medellín abre de martes a domingo de 9:00 a.m. a 4:00 p.m. Todos los lunes se cierra al público excepto cuando son festivos, en ese caso, se cierra el martes para mantenimiento.
Contacto:
Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe
Calle 73 # 51d – 14
Pbx. (604)444 55 00
comunicaciones@jbotanico.org
Medellín, Colombia.www.botanicomedellin.org
Cómo llegar:
Puedes venir en el Metro de Medellín y bajarte en la Estación Universidad o en tu vehículo particular, contamos con parqueadero privado..